“El conflicto árabe pasa no por un cambio revolucionario en la sociedad árabe, sino más bien, en un conflicto entre los intereses de la cúpula del poder internacional y sus antiguos lacayos autoritarios locales que en nada representan un movimiento social masivo, lo que vemos es solo una parte de la sociedad que ha tomado conciencia de clase y que busca abrirse espacios en la antigua cúpula de poder”. El trato quiere ser cambiado pero solo para sacar una tajada más grande de la torta no para reestructurarlas, el movimiento es impulsado por una sedienta juventud con ganas de consumir como los gringos. No se nos olvide que la burguesía y sus hibridaciones en los países periféricos también han alzado la revolución de los pueblos pero solo unos pocos han ganado poder disociándose inmediatamente de la voz popular. Eso le ocurrió a la socialdemocracia en todo el siglo XX. Por ellos vemos que las potencias se inmiscuyen en asuntos de otros países, en el marco económico el antiguo trato ya no es factible y los antiguos regimenes ahora son obsoletos para fomentar nuevas formas globalizadas de producción. “No toda agua que corre sirve para tomarla” Un análisis del conflicto es incompleto cuando no se toman en cuenta todos los factores que confluyen en una sociedad, por lo tanto, la perspectiva política es irreal cuando se deja los factores económicos, sociales, productivos, laborales, culturales, tecnológicos, religiosos, etc. Que si bien no representan el todo del conflicto, lo forman, lo desforman, lo intencionan y lo influencian dependiendo del nivel de las fuerzas que contenga y de cómo lo siente la sociedad en cuestión, de ahí la idea de la autodeterminación de los pueblos, ya que solo ellos saben in situ el real alcance del conflicto. Lo único que se puede hacer desde afuera es brindar la mayor información de lo ocurrido para que el proceso sea claro y no intervenido por agentes extranjeros, esto claramente se ha violado desde antes del conflicto con la llamada globalización, que no también es la expansión de los modelos de producción modernos que se apropia de los mercados mundiales centralizando las economías a las potencias hegemónicas y ahora la diferencia es que en este caso ya no es por influencia sino por la fuerza. Muchos han olvidado que el liberalismo económico florece en las áreas económicas hegemónicas (debido a los beneficios que trae para la mantención de un mercado mundial) y cuando ésta alcanza a establecer su dominio a las otras áreas se vuelve una imposición (liberalismo hacia adentro, dominación hacia fuera), ya que el modelo es exportado para ser reproducido y mantenido (todo sistema tiende a su autoconservación) con vista a la modernización de la periferia.
En vista que el desarrollo mismo de las periferias económicas son muy contrapuestos al desarrollo de las potencias del centro debido a que su contexto es particular y singular, se crean resistencias de todo tipo, así cualquier ideología o doctrina religiosa sirve si es más consecuente con el modelo económico vigente (o lo contrario), así como en la guerra y el amor todo vale, desde el nacimiento de los lazos comerciales mundiales por manos de capital extranjero, todo vale (liberalismo comercial) si es que esto produce los resultados económicos que se esperan por consecuencia los cuerpos políticos se reajustan al orden y no a la sociedad, disociándose estos de las exigencias de su pueblo, incongruencia política con la naturaleza social, produciendo el bien conocido rechazo a participar en los cuerpos políticos locales, creando el resentimiento de las movimientos sociales hacia su clase política y la de sus sostenedores internacionales, resentimiento que si no es atendido se termina transformando en violencia, de un problema se pasa a un conflicto. Y a mi opinión respecta, como se resuelva el conflicto es algo que no puedo analizar (no adivino), pero la naturaleza del problema aunque se resuelva el conflicto, creo, como siempre se mantendrá, y eso es la gracia de esto, mantener los problemas locales si es que estos son favorables a las potencias extranjeras y reprimirlos si son lo contrario.
Por esto la naturaleza de los conflictos muchas veces nos parecen engañosas, y de eso se vale el control de la información, crear ambigüedad en la opinión pública friccionando y segregando los movimientos de resistencia para debilitar la oposición a los cambios que intentan establecer, por ello creo que cuando termine esto quedaré con ese amargo gusto de haber sido engañado.
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